Entrevista de Claudia Palacios
Twitter: @Claudiapcnn
Es la mente de un hombre lúcido y comprometido con el país metida en el cuerpo de alguien a quien todavía le quedan algunos rezagos de sus problemas de salud. Angelino se prepara para irse de embajador a Brasil y guarda con celo la decisión sobre su futuro en las urnas. Lo que es claro es que mientras esté vivo hará política.
Claudia Palacios: ¿Por qué decidió irse para Brasil cuando todos lo veíamos como candidato a la Alcaldía de Cali o de Bogotá?
Angelino Garzón: No he descartado nada. Tengo es que pedir salud al Dios de los cielos y al Señor de los Milagros, y en mayo de 2015 diré si soy candidato o no soy candidato a nada. Mientras tanto, he aceptado ser embajador en Brasil y seré vicepresidente hasta el 7 de agosto de 2014.
Claudia Palacios: ¿Y por qué el 14 de mayo de 2015?
Angelino Garzón: Porque ese día cumplía años mi hija, Jenny Varinia Garzón Caicedo, que murió en el año 2000 siendo arquitecta de la Universidad Nacional. Como un homenaje, lo diré en esa fecha. Algunas personas me han dicho que puede ser demasiado tarde; es problable. Pero no por mucho correr se llega más rápido.
Claudia Palacios: O sea que ya sabe qué va a hacer, pero no lo quiere anunciar…
Angelino Garzón: No. Lo que tengo claro ahora es que tengo que pedir al Dios de los cielos y al Señor de los milagros vida y salud. Yo no sé si en esa fecha voy a estar vivo
Claudia Palacios: ¿Y cómo va salud?
Angelino Garzón: Me estoy recuperando poco a poco
Claudia Palacios: ¿Qué le dicen los médicos?
Angelino Garzón: Que el milagro es que estemos hablando los dos aquí.
Claudia Palacios: Ha ganado peso…
Angelino Garzón: Tengo que disminuir por lo menos 10 kilo; tengo que volver a pesar unos 80 kilos.
Claudia Palacios: Eso quiere decir que ha estado desjuiciado con la comida…
Angelino Garzón: No, eso quiere decir que cualquier comida me sube mucho de peso.
Claudia Palacios: ¿Pero sí está juicioso?
Angelino Garzón: Estoy siendo muy riguroso en la dieta alimentaria: evito consumir alimentos que produzcan grasas saturadas. Me hacen falta el sancocho valluno, los aborrajados, las marranitas, la chuleta valluna… Ya no puedo comer.
C.P.: ¿Qué va a hacer en Brasil en tan poquito tiempo, o es que se va a quedar allá si el presidente Santos resulta reelegido?
A.G.: El presidente Santos es un hombre decente y progresista, que tiene un derecho constitucional de ser candidato, votaré en mayo por un candidato a la Presidencia y a la vicepresidenciam y quien salga elegido tendrá en mí una persona que ayude al éxito de su gestión.
C.P.: ¿Y es que no va a votar por Santos?
A.G.: No, es que no puedo cantar mi voto
C.P.: Pero si forma parte de este Gobierno y tiene buena opinión del presidente Santos, uno esperaría que vote por él, ¿o no?
A.G.: Como vicepresidente tengo que ser respetuoso del derecho de todos los candidatos de tener garantías del Estado colombiano.
C.P.: ¿Quién sería un buen sucesor suyo en la Vicepresidencia?
A.G.: Sería un atrevido si me pusiera a sugerirle al presidente Santos quién debería ser su candidato o candidata a la Vicepresidencia de la República.
C.P.: Pero, vicepresidente, usted ha hecho una buena gestión en su cargo, pero también le ha hecho muchas críticas al cargo de vicepresidente; entonces, ¿cuál debería ser el perfil del candidato a la Vicepresidencia?
A.G.: Este es un cargo bastante delicado porque el vicepresidente de la República popularmente no tiene dónde caerse muerto. El vicepresidente de la República puede dar opiniones pero no tiene capacidad de ejecución. Sería un atrevido si me meto a sugerir fórmulas para la Vicepresidencia.
C.P.: Bueno, pero usted podría decir si el vicepresidente debería tener otra función…, ¿un doble cargo?
A.G.: Es que yo fui víctima de mi propio invento. Como miembro de la Asamblea Constituyente, las funciones del vicepresidente están en la Constitución.
C.P.: Bueno, pero entiendo que sí cree que debería tener otra función adicional a la de vicepresidente.
A.G.: Yo defiendo la Constitución de 1991
C.P.: No me dijo qué va a hacer a Brasil. Si el cargo fuera hasta el 7 de agosto, ¿cuál sería su misión?
A.G.: Pues yo aspiro que sea más allá del 7 de agosto de 2014. Mi misión es contribuir a fortalecer integralmente las relaciones entre Brasil y Colombia. Las relaciones comerciales, deportivas, culturales, institucionales. Las relaciones con Brasil son fundamentales en el conjunto de América Latina.
C.P.: Era mejor esa relación cuando el presidente era Lula…
A.G.: Yo tengo que decir que tanto el presidente Lula como la presidenta Rousseff han contribuido enormemente a fortalecer íntegramente las relaciones de Colombia con Brasil.
C.P.: Su esposa Monserrat debe estar muy feliz.
A.G.: Pues yo conocí a Monserrat en Sao Paulo, en el centro de desarrollo de la mujer. Habla muy bien portugués; estudio allá. Ella conoce muy bien Brasil. Considera positivo que sea el embajador en Brasil.
C.P.: ¿Cómo está su portugués?
A.G.: Más el portuñol.
C.P.: Entonces, tiene traductor permanente.
A.G.: No, yo entiendo el portugués. Es un idioma con raíces latinas y uno puede entender el portugués. Tenemos que trabajar en fortalecer la cultura del español en Brasil y la del portugués en Colombia.
C.P.: Cambiando de tema, ¿usted cree que nos merecíamos la rajada que nos metió Human Rights Watch (HRW) en materia de Derechos Humanos este año?
A.G.: Pues Colombia tiene una ruta muy bien definida, que es la de ser un país respetuoso de los Derecho Humanos y de cooperación con el sistema de Naciones Unidas. Yo creo que si uno lee detenidamente el informe de HRW, en él se destaca los esfuerzos por respetar los Derechos Humanos y por conseguir la paz. Ahora, el informe dice que las organizaciones criminales afectan los Derechos Humanos y que algunos servidores públicos están comprometidos en esas violaciones. Sería importante que el procurador investigue y sancione a aquellos servidores públicos que están comprometidos con la violación de los Derechos Humanos.
C.P.: Pero, vicepresidente, ese tema está bajo su cargo. ¿Usted ha denunciado los casos ante la procuraduría?
A.G.: No. Yo le agradecería a HRW que diga con nombre propio los funcionarios que están comprometidos con la violación de los Derechos Humanos para denunciarlos.
C.P.: Pero usted también dice que lo del informe es cierto. ¿O sea que ustedes en la Vicepresidencia saben quiénes son, los han denunciado?
A.G.: Nosotros todo caso que conocemos de servidores públicos comprometidos con la violación de los Derechos Humanos los hemos denunciado. En la lucha contra la impunidad, los servidores públicos tenemos que dar ejemplo.
C.P.: El balance de su gestión en Derechos Humanos usted lo cree bueno, pero el informe nos raja, ¿dónde está el problema?
A.G.: Sería de muy mal recibo que el vicepresidente se pusiera a calificar. No lo dice el vicepresidente, lo dice la comunidad internacional, que Colombia es un país en progreso en materia de respeto de los Derechos Humanos, y la labor de la Vicepresidencia es trabajar en ese respeto de los Derechos Humanos y por eso estamos también buscando la paz.
C.P.: Dígame una cosa de la que usted se sienta orgulloso en materia de protección de Derechos Humanos.
A.G: Hemos contribuido enormemente a crear conciencia de que la lucha por la promoción y protección de los Derechos Humanos es esencial para la democracia, y creo que es muy importante que le hayamos entregado al Gobierno una política pública en materia de Derechos Humanos, concertada entre la sociedad civil, la comunidad internacional y el Programa Presidencial de los Derechos Humanos
C.P.: ¿Pero Human Rights Watch no ve eso?
A.G.: ¿Yo no soy vocero de ellos?
C.P. Le ha dicho a Vivanco.
A.G.: No, nosotros lo invitamos.
C.P.: ¿Y no vino?
A.G.: No vino y tenemos que respetar esa decisión. Quiero además decirle lo siguiente: que la alta comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas dice que Colombia es el único país en el que se ha adoptado una política de Derechos Humanos en forma concertada.
C.P.: ¿O sea que Human Rigths Watch está desenfocado?
A.G.: No. Yo reconozco el trabajo que hacen ellos en materia de Derechos Humanos.
C.P.: A propósito de lo que ha pasado con la Marcha Patriótica, el Gobierno ha dicho que nunca había recibido denuncias de ese movimiento. ¿Cuál es la verdad?
A.G.: Para un país es muy malo que se disuelva un movimiento de izquierda como Marcha Patriotica, porque están matando a sus dirigentes. Yo invito a todos los militantes de Marcha Patriótica a trabajar por el presente y el futuro de este movimiento. En Colombia no podemos dejar que se repita la tragedia de la Unión Patriótica.
C.P.: ¿Pero ellos tienen razón en decir que les están matando y persiguiendo a sus dirigentes?
A.G.: Por la Marcha Patriótica hablan sus dirigentes, pero yo creo que sí tienen razón y el Estado tiene el deber de escucharlos. Le he pedido al fiscal que agilice los procesos que se siguen en contra de dirigentes de Marcha Patriótica.
C.P.: Usted dijo que hechos como los de Pradera hacen quedar como un rabo a los defensores del Proceso de Paz. ¿Será que las Farc se están echando para atrás?
A.G.: Yo creo que lo más revolucionario que podría hacer la guerrilla es cogerle la caña al Gobierno y creo que esa voluntad también la ha manifestado el presidente con el ELN, y sería muy importante que ellos se comprometieran a hacer un acuerdo con el Gobierno.
C.P.: ¿Por qué no ha pasado?
A.G.: Por ellos hablan sus dirigentes. El Gobierno no les puede imponer nada.
C.P.: ¿El Gobierno está listo?
A.G.: El Gobierno tiene la voluntad política de firmar el acuerdo de paz. Las guerrillas deberían comprometerse no con el Gobierno sino con la sociedad. Comprometerse a unos mínimos humanitarios. Tenga la seguridad que si la guerrilla deja de secuestrar, pone fin al reclutamiento forzado, ayuda al desminado y toman la decisión de poner fin a la violencia la población de Colombia cambia la opinión que tiene de ellos.
C.P.: ¿Usted votaría por uno de ellos?
A.G.: No olvide que yo he dicho que los prefiero en el Congreso que disparando, y no olvide que el voto es secreto.
C.P.: Volviendo a los conceptos de Human Rigths Watch, ellos han criticado la justicia transicional como se ha propuesto. ¿Hasta qué punto hay que permitir la impunidad por los delitos graves?
A.G.: El Gobierno ha dicho que busca la paz para tener un país más justo pero también para evitar tener más víctimas. El Gobierno sabe que está negociando con organizaciones ilegales, con gente que sabe matar, hacer actos terroristas y criminales, y el Gobierno sabe que si está dialogando es para tener guerrilleros reintegrados y no pensando las 24 horas en hacer maldades contra la población.
C.P.: ¿Pero usted como ciudadano estaría dispuesto a que se les levanten las condenas? ¿Qué sería lo tolerable?
A.G.: Esté donde esté Angelino, trabajaré por la paz del país y siempre diré que es mejor tener guerrilleros hablando que disparando-
C.P.: No me está contestando.
A.G.: Como ciudadano, mi propósito es que en Colombia no haya violencia. Que se cumpla la máxima de Pambelé, que se cumpla la máxima de que es mejor la paz que la guerra.
C.P.: ¿Cómo va su libro?
A.G.: La Editorial Planeta está vendiendo el libro Agradecido con la vida, yo lo hice porque creo que todos los seres humanos debemos tener como valor el agradecimiento.
C.P.: A propósito del libro, usted relata lo de la muerte de su hija, que es algo que está sin resolverse…
A.G.: La impunidad es el mejor aliado de la violencia, de la corrupción. La impunidad es contraria a la justicia y la reflexión es muy sencilla: Mi hija amaneció muerta violentamente en febrero del año 2002 y hasta ahora no he conocido la verdad a pesar de que yo he sido vicepresidente, ministro del Trabajo, etc. Yo no estoy pidiendo condena sino conocer la verdad para consolidar un proceso de perdón y reconciliación. Yo con odio y venganza no voy a resucitar a mi hija. Si esto le ha pasado a Angelino a pesar de todos los cargos que ha tenido, cómo será con un ciudadano común y corriente.