Entrevista de Claudia Palacios
@Claudiapcnn
Es uno de los cerebros recuperados. Tras muchos años como consultor del BID y cargos de rango nacional, como Director de Planeación, Esteban Piedrahíta le entrega su experiencia a Cali. Lo hizo temporalmente frente a Emcali y ahora desde la Cámara de Comercio. Le parece importante que la gente entienda que la cámara no está para hacer obras de caridad ni para solucionar problemas que el estado no enfrenta. Su llamado a la ciudadanía es a que se
de cuenta y aproveche que Cali está mejorando.
Claudia Palacios: Empecemos por el tema que en la coyuntura más preocupa a los caleños: el MIO. ¿Qué diagnóstico tiene la Cámara de Comercio sobre el sistema de transporte?
Esteban Piedrahita: Yo conozco bien el tema porque desde el Gobierno Nacional estuve en la junta y ahora lo hago
como Presidente de la Cámara con voz y sin voto. El sistema tiene problemas de crecimiento como los adolescentes. Es el primero que en Colombia se propuso para toda la ciudad. Se hicieron cálculos bastante optimistas, pensaron que en dos años tendrían la demanda para tener toda la flota. El sistema arrancó dos años tarde y llevamos casi cinco en desplegarlo y sacar al transporte tradicional. En Colombia se ofreció a todos los dueños de los buses formar parte del sistema, se hizo un sistema incluyente pero ha habido fallas: en la infraestructura, en el control al paralelismo y los operadores en tener los buses listos. Ellos asumieron el riesgo de la demanda, entonces estamos en un problema de huevo y gallina. La gente siente que el sistema no es suficiente pero si no se sacan los buses no se logra la demanda que lo haga sostenible. Esto no da más espera. Estoy seguro que el MIO con sus deficiencias es un paso hacia la Cali moderna, más verde y más organizada.
C.P.: Pero y ¿qué hacer con los usuarios que quieren seguir tomando el bus en frente de la casa?
E.P.: Mire las ciudades más sofisticadas del mundo tiene los metros “reventados” en hora pico. Aquí teníamos un
sistema totalmente privado, que era muy caótico, contaminante, en el que no se pagaba seguridad social, los conductores no tenían siquiera las normas mínimas de seguridad. Era un sistema de guerra del centavo de buses parando en todas partes que no existe en ninguna parte del mundo. En todas las ciudades del mundo la gente tiene que caminar a la estación. Necesitamos regularizar el servicio y que la gente tenga expectativa clara de cuándo va a
llegar el bus y que pase.
C.P.:La gente en Cali dice que nunca antes habían visto a la ciudad en ese nivel de tensión y un sentimiento como de rabia que se expresó en las protestas alrededor del MIO en las últimas semanas. ¿Esto tiene que ver solo con el transporte o hay otras razones?
E.P.: Pues no sé. Hay personas a las que les conviene el desorden y están en busca de cualquier oportunidad para hacer daños. He oído rumores de que se le pagaba a la gente para participar en los destrozos. Es difícil evaluar la situación desde el punto de vista sociológico, pero a nadie le conviene que este tipo de cosas pasen.
C.P.:¿La ciudad está bien regular o mal?
E.P.: Desde el punto de vista económico el año pasado fue bastante bueno. Redujimos de manera significativa la pobreza en Cali. Cayó mucho más que en otras ciudades como Barranquilla y Bucaramanga. Redujimos la inequidad, cayó la pobreza extrema. También hubo una mejora en necesidades básicas insatisfechas. El desempleo cayó de una manera importante. Yo siento que el año pasado hubo una reactivación económica y que eso se ha traducido en mayor bienestar. Hay un buen ánimo. Están volviendo los colombianos, los extranjeros y los vallecaucanos a mirar con interés esta región. Yo creo que la industria tiende a moverse hacia las costas. Por ejemplo, los avicultores de
Santander están invirtiendo en el Valle del Cauca. A pesar de los problemas de Buenaventura soy muy optimista de que por nuestras fortalezas y nuestra ubicación geográfica vamos a tener una buena década.
C.P.: ¿Qué está haciendo la Cámara de Comercio para ayudar a que Buenaventura supere su situación?
E.P.: Nosotros no podemos echarnos encima el problema de Buenaventura que es un problema de Estado. Hay un
problema de institucionalidad local. Creo que la Gobernación tiene que ponerle todo el empeño a Buenaventura. El
Valle geográfico es muy próspero y la brecha con el Pacífico es muy grande. Desde nuestra perspectiva, pues allá hay una Cámara. Queremos que nuestro foco esté en los grandes proyectos generacionales de infraestructura. Queremos pensar en cuánta carga tendríamos que tener para hacer el ferrocarril de Villavicencio a Buenaventura, cómo apoyamos un oleoducto a Buenaventura que nos permita desarrollar una industria de refinación en el Valle del Cauca, cómo pensamos en la carretera desde la Orinoquia. También queremos trabajar en pensar en un aeropuerto a 20 o 30 años. Queremos enfocarnos en dos o tres proyectos de gran impacto que solo una entidad como la nuestra puede trabajar porque el Gobierno está enfocado en lo urgente.
C.P.: Pero entonces….
E.P.: Yo definiría que los dos grandes retos en infraestructura, suponiendo que la vía se termina y que la de Mulalo Loboguerrero se construye son: la conectividad transversal como conectamos la orinoquía donde hay mucha inversión vallecaucana con el puerto y con el Pacífico, de diferentes maneras oleoducto, ferrocarril y vías. Y el aeropuerto que tiene un enorme potencial de convertirse en un hub. Y aquí tenemos las mejores condiciones para
hacer un gran aeropuerto.
C.P.: Esas son apuestas de largo plazo, pero ¿qué vamos a ver en concreto?
E.P.: En la Cámara queremos concentrarnos en los empresarios. Generar una cultura del emprendimiento. Vamos a dejar de ser una especie de alcaldía paralela. La Cámara ocupaba un mundo de vacío que había dejado el Estado. Estamos convencidos que solo vamos a ser una región próspera y con bienestar si tenemos más, mejores y más grandes empresas. Generando un gran tejido empresarial podemos llegar a ser la región de 20 mil dólares per cápita que queremos en quince años. En los temas de desarrollo regional queremos concentrarnos en el largo plazo. Hay otros actores empujando para otros proyectos.
C.P.: Pero en Cali hay una bomba social producto de los desplazados. Hay fronteras invisibles. Hay otra Cali. ¿Qué hace la Cámara por esa otra Cali?
E.P.: Bueno, lo primero es que tenemos que asignar responsabilidades, la Cámara es una entidad con 200 empleos
y un presupuesto de 35 mil millones al año que difícilmente podría encarar esos problemas. Aquí hay muchas empresas que trabajan en temas sociales. Queremos focalizarnos y ser apoyo de agenda. Es cierto que Cali tiene problemas de seguridad. Pero también es cierto es que las ciudades no generan pobres, sino que atraen pobres. Las ciudades son el lugar donde es más económico y eficiente para sacar a la gente de la pobreza. La historia del siglo
XX es la historia de la urbanización. Si bien es cierto que tenemos muchos problemas de pobreza, todas las cifras nos
indican que hay mejoras objetivas en la calidad de vida, eso no significa que no vaya a haber muchos traumatismos, pero nosotros queremos proponer desde lo empresarial una agenda de crecimiento, de generación de valor y de generación de empleo, no vamos a meternos en temas asistencialistas.
C.P.:Y en el corto plazo…..
E.P.: Vamos a trabajar innovación. Estamos proponiendo cinco clusters que nos parecen que son de enorme impacto, existen ya y queremos ayudar a que crezcan. Vamos a enfocarnos en el tema de capital humano y educación. Vamos a trabajar en bilingüismo inglés, los resultados de nuestros estudiantes son deplorables. Hay
un muy ambicioso programa de la alcaldía usando a las TICs como herramienta para cambiar la educación, la alcaldía de Cali está haciendo una gran inversión, más de 40 mil millones con recursos de regalías, es la apuesta más grande que hay en Colombia en ese momento en esa área. La Cámara hace muchas cosas y tenemos que enfocarla. Nuestro negocio diario es ayudar al empresario a crecer.
C.P.:Cuáles son las empresas que ustedes invitan a invertir en Cali?
E.P.: Aquí tenemos una agencia que se llama Invest Pacific, tiene tres años. Yo digo que deberíamos haberla fundado al día siguiente de la apertura, nos demoramos un poquito pero está logrando resultados importantes. Ahora hay inversión de servicios, en comercio. Estamos volviendo a ser un foco importante. Desde la Cámara estamos visibilizando cadenas que nos parecen interesantes pero Invest Pacific atiende a todo el que quiere venir e incluso
va a buscarlos en otros lugares.
C.P.: Pero cuales van a llegar o están en proceso de?
E.P.: Por ejemplo, una empresa uruguaya que se llama zonamérica que hace zonas francas, hoteles de alto estándar
para empresas de tercerización de servicios. Compró un terreno de 30 hectáreas en el sur de Cali. Se asociaron
con el Grupo Carvajal. En el sur de Cali tenemos la mejor zona del país para eso. Hay colegios, universidades, clínicas. Se han establecido empresas de cables, de fibra óptica. Están llegando bastantes empresas, más en servicios,
mucha inversión en hotelería y comercio. Aquí los precios son bajos. Por ejemplo hace poco Goodyear se había llevado su gerencia a Bogotá y volvieron. Los ejecutivos pueden vivir aquí mejor con mucho menos.
C.P.:¿Cómo vio el resultado de las elecciones en lo que tiene que ver con el Valle del Cauca, cree que estamos bien representados?
E.P.: Nosotros tratamos de no meternos en política porque representamos empresarios de todas las ideologías y segundo porque el bloque parlamentario se reúne en la Cámara. Aspiramos a que con lo que lleguen podamos trabajar para impulsar proyectos que nos interesan o meterlos en el Plan de desarrollo. El rol nuestro es trabajar con la representación que haya y darles agenda e información para que puedan ser más efectivos en Bogotá.
C.P.: ¿Cómo le ha ido regresando a vivir a Cali?
E.P.: Bien, bien. Llevo dos años. Me casé con caleña. Estoy amañado. Estoy en un trabajo que me encanta. Estoy sumamente contento.
C.P.:¿Qué hay en Cali que no hay en otra parte?
E.P.: Pues tiene la familia, tiene amigos de toda la vida. Es una ciudad agradable, tiene montañas cerca, lagos cerca,
mar. Si a uno le gusta hacer deporte tiene cantidades de alternativas. Es una ciudad que ofrece bastante y en materia de costos es muy razonable.
C.P.:Qué proyecto lo desvela?
E.P.: En Cali es la única ciudad de Colombia donde el Centro de convenciones se hizo con recursos privados de la Cámara de comercio, tenemos un Centro de primera categoría pero ha sido muy difícil llevarlo a su punto de equilibrio y ahora estamos construyendo un hotel con Marriot y estamos en conversaciones con Delirio para
llevarse la carpa para allá. Van a tener un lugar permanente y van a poder hacer mucho más funciones al año. Ellos tienen el problema de que los vecinos no están muy cómodos con el ruido que hacen a veces. En el Centro de Eventos no hay esas restricciones y la verdad es que la mayoría del entretenimiento del Centro se hace con Delirio
o sea que uno puede vender un paquete muy interesante para grandes eventos internacionales.
C.P.:Cuánto pierde el Centro?
E.P.: Ha tenido necesidades de unos tres mil millones de pesos al año que por fortuna la Cámara ha podido suplir. Es
una plataforma para la región, para proyectarla, para atraer eventos.