Quantcast
Channel: Entrevista – El Pueblo Cali
Viewing all articles
Browse latest Browse all 89

“A ningún campesino se le ha puesto una pistola para obligarlo a sembrar caña”: presidente de Asocaña

$
0
0

Por Claudia Palacios

Uno de los grandes sectores agrícolas de Colombia brilló por su ausencia en el paro agrario, el de los cañicultores. Por eso quise hablar con el representante del gremio: Luis Fernando Londoño Capurro. Quien ha estado al frente de Asocaña desde hace siete años me explica por qué, a pesar de que hay dificultades, la caña no para.

luis fernando londoño capurro024

Claudia Palacios: ¿Qué le parece lo que ha planteado el nuevo ministro de Agricultura para solucionar los problemas del agro, quien entre otras cosas ha llamado a los gremios a estar más a tono con las necesidades del país?

Luis Fernando Londoño: Él conoce el agro y tiene experiencia en ser incluyente con los campesinos. Yo comparto esa opinión, por eso en Asocaña tenemos programas ambientales y sociales de gran envergadura y por eso debe haber un enfoque más regional, sobre todo con miras al postconflicto.

Claudia Palacios: ¿Y qué es lo que ustedes ya están haciendo con enfoque regional?

Luis Fernando Londoño: Tenemos un programa de cuidado de cuencas hidrográficas, en el que nos acompañan organismos como el BID, la UNICEF, la ONU; empresas como Ecopetrol y Pavco; y las Corporaciones Autónomas Regionales. Hay 14 cuencas en el Cauca, Valle y Risaralda, que estamos restaurando y conservando para garantizar el suministro de agua para la gente y para la agricultura. Para esto tenemos convenios con los resguardos y sus gobernadores indígenas y con los campesinos. El Gobierno ha visto este proyecto como interesante para replicar en otras regiones de Colombia. En varias de esas cuencas la producción de agua se ha disminuido, por eso las protegemos incluso con barreras físicas.

Claudia Palacios: A propósito del postconflicto, miembros de las Farc en la mesa de La Habana y servidores públicos como el senador Robledo han criticado a los ingenios y a sus familias dueñas por la forma en que adquirieron tierras en la Orinoquia. ¿Qué preocupación tiene Asocaña con respecto a esas críticas y a la manera como se puedan incluir dentro del acuerdo de paz?

Luis Fernando Londoño: Yo he hablado mucho con el senador Robledo sobre estos temas y él sabe qué hace Asocaña. Las actividades que grupos económicos han desarrollado en otras regiones no tienen que ver con la caña ni con producción de azúcar, ni con las actividades del gremio que yo represento.

Claudia Palacios: Pero al estar las mismas familias y empresas involucradas, ustedes como Asocaña se ven obligados a fijar una postura, ¿no?

Luis Fernando Londoño: Las actividades que ellos van a desarrollar en esa zona del país son de palma africana y hay un gremio que se dedica a la palma; otras son de cereales, maíz, soya, y para eso hay gremios cerealistas; además, está Fundallanura, que es el gremio que se dedica a todas las actividades agrícolas de la Orinoquia. Yo, sinceramente, no conozco detalles  ni estoy involucrado en esos temas porque eso no tiene que ver con los propósitos de Asocaña.

Claudia Palacios: Vamos, entonces, a otro tema: vi una cifra que indica que de los años ochenta a la actualidad, la productividad por hectárea sembrada de caña es más o menos igual, que incluso se ha bajado en los dos últimos años, aunque sé que ustedes dicen que fue por la ola invernal. Pero existe Cenicaña. ¿Qué hace esta entidad para mejorar la productividad de los sembrados de caña?

Luis Fernando Londoño: Eso es falso de toda falsedad. Cenicaña es líder en América, está desarrollando las variedades de caña con más alta productividad en el mundo, más de 120 toneladas por hectárea al año, y más de 13 toneladas de azúcar por hectárea al año. Es todo lo contrario. Ni en Brasil, ni en EE. UU., ni en Centroamérica llegan a esas productividades, esos países nos visitan, incluso de la India, de Sudáfrica, de Australia, para conocer todo lo que Cenicaña hace en investigación. Con Brasil tenemos  un laboratorio conjunto de investigación con tecnología de punta. En más de 150 zonas agroecológicas que hay en el valle del río Cauca, en cada una hay un tratamiento distinto para los suelos según si llueve menos o si los suelos tiene más potasio o nitrógeno. Y todo se aplica por computador con los tractores que distribuyen las dosis de insumos. Además, Cenicaña ha desarrollado un control biológico con unos mosquitos que se comen los mosquitos malos y por eso no tenemos problemas de hongos ni nada similar.

Claudia Palacios: Esa ventaja en productividad no jugaría a favor de ustedes, por ejemplo, a la hora de competir con el azúcar que se importa de Bolivia o de Costa Rica, por la cual la Superintendencia investiga al gremio por haber hecho supuestos pactos para evitar esas importaciones?

Luis Fernando Londoño: Los grandes productores agrícolas de América, como Brasil, el mayor exportador de azúcar del mundo, puede colocar mucho más bajo en dólares el azúcar. Y los Estados Unidos, con la devaluación, ha podido defenderse de las importaciones y mantener la demanda de Asia. ¿A qué se debe la crisis del agro? A la tasa de cambio, cuyo efecto perverso en el aparato productivo nacional, no solo en el agro sino también en la industria, no se había sentido hasta este año porque los precios internacionales eran buenos; pero al caerse los precios internacionales y tener el efecto represado de la revaluación, es que se siente el impacto tan fuerte que deterioró los ingresos de todos los subsectores agrícolas de Colombia, sin excepción alguna. Lo más grave es que estamos compitiendo en dólares. Los costos en dólares suben por la revaluación, se caen los ingresos y aumentan los egresos. Y, además, estamos compitiendo con unos países con unos subsidios monstruosos.

C.P.: Entonces, ¿Colombia debería subsidiar el azúcar o los colombianos debemos pagar más por ella?

L.F.L.: No, porque acá somos tomadores de precios, ya que nosotros no llegamos a ser el 2 % de la producción mundial  ni el 1,7 % de las exportaciones totales en el mundo. Nosotros no hemos pedido subsidios; tenemos unos instrumentos de política pública agrícola que lícitamente nos protegen hasta cierto punto. Claro que tenemos estudios que indican que la protección efectiva de la industria de la caña de azúcar en Colombia, comparada con la protección efectiva de la industria de la caña de azúcar en Brasil o en los Estados Unidos, es muy inferior.

C.P.: Pero si seguimos a este ritmo con los precios internacionales, supongo que van a llegar a un punto en que el sector no lo aguante…

L.F.L.: El ejemplo de manejo está en Chile, que el año pasado estaba creando más reservas que nosotros porque intervenía más masivamente en el mercado comprando más dólares, como lo ha hecho Perú, y ni hablar de Brasil. En Colombia no hay plata para dar subsidios; ¡ojalá! Pero lo que subsidian acá a algunos subsectores son pennies (centavos de dólar), comparado con los subsidios que dan en Estados Unidos.

C.P.: Ahí pasamos al tema del valor agregado, porque si los productores de caña solo venden azúcar….

L.F.L.: No, ahí sí perdóname pero producimos ácido cítrico, papel con el bagazo de la caña, generamos energía eléctrica no solo para las propias plantas de producción de la caña sino para venderle al sistema de interconexión eléctrica nacional, hacemos azúcares con un valor agregado cada vez mayor, el azúcar cruda ya prácticamente no se vende, ahora se exportan azúcares en blancos especiales para las industrias en Estados Unidos y la Unión Europea; entonces, valor agregado sí hay. Y cuando lo comparas con el valor agregado de otras industrias, nos damos cuenta de que esa historia es un cuento para unos pobres campesinos que no tienen cómo procesar sus productos y se les pudren; pero nuestro caso es del una agroindustria de clase que mundial que así ha sido reconocida por la Organización Internacional del Azúcar. No se pude afirmar eso.

C.P.: El otro punto de la crítica tiene que ver con la generación de empleo, ya que se indica que por cultivos de frutas y hortalizas se generan dos empleos por cada hectárea, pero por cultivos de caña se genera solo un empleo por cada diez hectáreas.

L.F.L.: EL 77 % de toda la tierra cultivada de caña en estos cinco departamentos es de cultivadores medianos y pequeños. Los ingenios no tienen sino el 23 % de toda la tierra sembrada de caña. Los campesinos, indígenas y los dueños de esas tierras están en libertad de decidir qué siembran. ¿Por qué las pepas y el algodón se acabaron en el valle del río Cauca? Porque los profesionales hijos de dueños de la tierra que se habían especializado en las mejores universidades hicieron cálculos y vieron que era más rentable sembrar caña en esta región. Además, porque la caña de azúcar es más resistente a las plagas, sequías e inviernos, por eso es menos factible que se pierda la producción. Pero acá ha habido frutales, papaya, Delima tuvo piña, en algunas zonas están sembrando mango; todo eso es bienvenido, hay tierra para eso también. Para caña, en la parte plana ya prácticamente no hay tierra pero sí hay en ladera, y el dueño de tierra que quiere cambiar sus cultivos lo puede hacer, a nadie se le ha puesto una pistola en la sien para obligarlo a sembrar caña.

Créditos: (Colprensa-El País)

Créditos: (Colprensa-El País)

C.P.: ¿En qué va el lío con la Superintendencia? L.F.L.: Sobre eso prefiero no hablar, porque con respeto a las autoridades que tienen estos temas bajo su determinación, creo que el superintendente es un hombre que actúa en derecho y por eso yo estoy muy tranquilo. Hemos respondido con precisión todo lo que nos han solicitado.

C.P.: Usted siempre fue liberal, en el congreso y en todas partes, pero el gremio de los ingenios es muy godo. Ya lleva siete años ahí y me causa curiosidad cómo maneja esa relación.

L.F.L.: Eso de liberal o conservador está mandado a recoger, creo que lo importante es que haya sensibilidad social, que se considere a todos los seres humanos como iguales a uno, con las mismas necesidades que uno y que por lo tanto hay que darle oportunidades a la gente. Por eso en Asocaña tenemos convenios que benefician a 14.000 familias, el convenio más grande que tengan el Bienestar Familiar y del Sena con algún gremio. El 93 % de los corteros de caña hoy en día están contratados a término indefinido directamente por los ingenios, con un mínimo garantizado de $700.000 y con variables que lo llevan hasta los $2.400.000. Y no puedo negar que soy de origen liberal, sigo creyendo en las ideas liberarles y tengo la conciencia tranquila. El sector pasa con muy buena nota el examen, por eso no hicieron paro los trabajadores, aunque quisieron convocarlos…

C.P.: ¿Sí? ¿Quiénes?

L.F.L.: [Risas] No lo sé. Me llegó por el correo de las brujas, me contaron.

C.P.: ¿Cuántas cucharadas de azúcar le echa a su café?

L.F.L.: Uno necesita el azúcar que le dé la energía para desarrollar las actividades de la vida, y claro que todo en exceso es malo. Y lo que da diabetes no es el azúcar sino la obesidad originada por el exceso en consumo de varios alimentos entre los que está el azúcar, eso lo dice el World Sugar Research Organization.

C.P.: Pero no me ha dicho cuántas cucharadas le echa al café.

L.F.L.: Pues antes le echaba tres a cada taza, pero ahora ya no me las tomo tan grandes porque el café en exceso también hace daño. Ahora le pongo dos cucharadas de azúcar a cada taza y me tomo unas cuatro tazas de café al día.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 89

Trending Articles